CONTADOR

lunes, 7 de febrero de 2011

La educación del talento

Me ha encantado este libro que acabo de terminar, quizas es porque sea madre y me gusta todos estos temas del desarrollo.

Que mejor que empezar bien desde el principio a desarrollar bien a nuestros chavales.

José Antonio Marina, en su libro la educación del talento,  nos hace todavía mas conscientes de como hacerlo. 

José Antonio Marina, filósofo y escritor español, combina sus investigaciones sobre la inteligencia con su labor como profesor de Filosofía y sus estudios relacionados con la fenomenología, la psicología genética, la neurología y la lingüística, trabajos que le han ocupado los veinticinco últimos años. Publicó su primer libro en 1992, y su progresiva fama le ha llevado a recibir numerosos premios que le han convertido en uno de los pensadores españoles más valiosos de la actualidad.

A todos nos gustaría tener talento. El punto es cómo desarrollarlo en nuestros niños y niñas así como en nosotros mismos. En efecto, desarrollar el talento de los individuos y de las colectividades es el principal objetivo de la educación.

Los gurús del management insisten constantemente en la necesidad de talento y hay profesionales que se dedican a buscarlo. Pero no hay simplificaciones milagrosas. No se puede ser “millonario en un mes”, ni “aprender chino en quince horas”, ni conseguir ninguna de esas maravillas que prometen libros embaucadores. El talento es un hábito y, como todos los hábitos, difícil de alcanzar.
Hay además muchos tipos de talento. La educación del talento procura ayudar a nuestros niños a descubrir los suyos.  Recordar que antes el Talentoso era el que era bueno en matemáticas...

Pero, así como cada uno de nosotros tiene sus propias fortalezas y debilidades, también existe un “talento básico”, que debemos intentar desarrollar mundialmente y de éste trata sobre todo este libro: el talento para saber qué hacer con los demás talentos, y también con nuestras limitaciones.

Os recomiendo leerlo. Es un libro que padres y profesores  no deberíamos dejar de leer.  Bravo José Antonio!

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