La semana pasada estuve en Aranzazu, realizando durante dos días unas jornadas de “coaching de equipo” con el gerente y el equipo directo de una empresa del sector del metal, seis personas. Es la tercera vez que trabajo con este equipo de dirección en los últimos 12 meses. Además de coaching de equipo, realizo el coaching individual empezando por su gerente y siguiendo por los mandos intermedios. Los resultados (tanto en términos económico-financieros como de integración del equipo y clima laboral) son francamente espectaculares, y tanto ellos como yo, nos sentimos muy orgullosos de ello.
Un equipo de verdad (no sus sucedáneos, la banda sin liderazgo –à la tuna- o el clan dominado por un capo –como la mafia-) no se improvisa.Necesita una Visión Compartida, un cierto grado de diversidad (que actualmente somos capaces de analizar, medir y gestionar), un proceso sistemático de análisis de problemas y toma de decisiones, un clima de confianza, unas ciertas reglas de compromiso, un plan de acción del equipo… Sin estas premisas, no es posible que un grupo de personas se convierta en un equipo de alto rendimiento, en un equipo excelente, un equipo decidido a cambiar muchas cosas en esa empresa.
Un equipo de verdad (no sus sucedáneos, la banda sin liderazgo –à la tuna- o el clan dominado por un capo –como la mafia-) no se improvisa.Necesita una Visión Compartida, un cierto grado de diversidad (que actualmente somos capaces de analizar, medir y gestionar), un proceso sistemático de análisis de problemas y toma de decisiones, un clima de confianza, unas ciertas reglas de compromiso, un plan de acción del equipo… Sin estas premisas, no es posible que un grupo de personas se convierta en un equipo de alto rendimiento, en un equipo excelente, un equipo decidido a cambiar muchas cosas en esa empresa.
Sigo sin comprender cómo un equipo directivo se configura improvisadamente. Cuando no se trabaja con propiedad, un grupo de personas no genera sinergias y por tanto no es un equipo. Ocurre con los clubs deportivos, con los gobiernos autonómicos y con los comités de dirección. No se improvisa.Por ello, los comités de dirección más eficaces, como es este caso, dedican un par de jornadas a impulsar las claves para ser un equipo de verdad. La experiencia es enriquecedora y fascinante. Nunca me canso de formar parte de la magia de facilitar la forja de un auténtico equipo. La diferencia es muy notable.
El gerente , me decía: no me puedo creer lo que hemos evolucionado como equipo en este último año.
En el caso de los comités de dirección, los costes de oportunidad de no generar las sinergias adecuadas son enormes.
Mi pregunta es ¿ Tienes un equipo de verdad en tu comité de dirección?.
Si la respuesta es si, Felicidades.
Si la respuesta es no.... ¿Qué estas haciendo para que ese grupo pase a ser un verdadero equipo?
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