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domingo, 13 de junio de 2010

Capacidad de superación de Rafa Nadal

Este lunes publicó en Expansión Helena López-Casares (una de las mayores especialistas en Rafa Nadal) el artículo Explosión Nadal. Es el siguiente:
Rafa Nadal lo ha conseguido. Ha ganado su quinto título de Roland Garros y ha recuperado el número uno en la clasificación de la ATP. ¿Casualidad? ¿Suerte? Ni mucho menos. Esfuerzo, disciplina y trabajo.

Rafa es un ejemplo que demuestra que la constancia, el método y la concentración son los elementos que nos conducen a lograr nuestra meta, a levantar y morder trofeos.

Recordemos que hace tres meses, Nadal abandono del Abierto de Australia 2010, como consecuencia de la lesión en su rodilla derecha que le acechó en el partido que disputaba frente a Andy Murray. En esa fecha, los comentarios que pululaban por los foros en la Red sobre Rafa eran tremendistas: que si debía cambiar de entrenador, que si estaba en el fondo de su carrera, que si debía depurar su técnica y dejar de depender tanto de su físico,…

En ese momento, Nadal se volcó en recuperarse tanto física como mentalmente y trabajó duro para amoldar su actitud frente a la fatalidad y salir del bache. Su capacidad de superación, que no le hace decaer ni precipitarse, fue su gancho más potente para recuperar la confianza y la seguridad tras una etapa de marcados altibajos.

Eliminado en octavos de Roland Garros 2009 por Soderling, baja en Wimbledon por su lesión de rodillas, casi un año sin levantar un trofeo, hasta que por fin, tras 350 días de sequía de títulos, logra la victoria en los tres Masters 1000 de tierra batida: Montecarlo, Roma y Madrid. "Ganar Montecarlo, Roma y Madrid supera cualquier previsión, no me lo hubiera imaginado ni en el mejor de mis sueños.
Yo sabía que estaba preparado para ganar desde principio de temporada y que acabaría llegando alguna victoria. Montecarlo, con la ayuda de la llegada de la tierra batida, me dio tranquilidad y todo ha salido perfecto", comentaba el tenista a la prensa.

Realmente, la vida de los deportistas se podría definir como que la mayoría viven una especie de ciclos de uves dobles encadenadas. Lo importante es trabajar la convicción y mantener la firmeza, algo que requiere estabilidad y atención.

La victoria de Roland Garros el 6 de junio de 2010 viene a confirmar que estamos ante un tenista con unas excepcionales fortalezas mentales y una capacidad de superación única. Rafa afrontaba el inicio de Roland Garros con mucha tranquilidad, con la serenidad de una mente sosegada, que piensa, reflexiona y adapta su estrategia a las circunstancias para evitar que éstas le puedan.

Desde el inicio de la temporada de tierra batida, los medios le venían preguntando por el torneo parisino, pero la contestación de Rafa era siempre la misma: "yo sólo pienso en Roland Garros cuando toca, cuando llega el momento de disputarlo". Esta frase pone de manifiesto que el tenista nunca se ha obsesionado con un torneo y que su fuerza mental para estar presente aquí y ahora (sabiendo cuál es el objetivo a alcanzar) en lo que está haciendo sin dejarse llevar por las presiones y dejando de lado las interferencias y distracciones.

No es fácil concentrarse sólo en un aspecto y olvidarse del resto. Hay multitud de ruidos, tanto internos: la presión, falta de confianza o miedos; como externos: el público en contra, los comentarios de la prensa, las decisiones arbitrales injustas o las actitudes del contrario, que provocan la pérdida de la concentración y merman las cualidades del deportista.
En la empresa sucede lo mismo, pero si cedemos ante estas tensiones seremos presa de ellas y nos arrastrarán hacia caminos nada recomendables, desviándonos totalmente de la senda por la que teníamos previsto caminar.

Rafa está ilusionado, pero calmado. La mirada que ha tenido durante todo el torneo Roland Garros ha sido la de un guerrero combativo, con un gran espíritu de fuerza, pero clarividente. Cuanto más inteligente ha sido su comportamiento en el juego, mayor ha sido su rendimiento.

Hay que jugar con corazón y cabeza, pero si te supera la sobreexcitación y sales a la pista pasado de vueltas puede que afecte a la cabeza y el resultado obtenido no ser el esperado.

Rafa está viviendo unos momentos de máxima emoción. En París hubo lágrimas inundadas de energía positiva, de la vuelta de un campeón que lo es aún más cuando suelta la raqueta.”

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