CONTADOR

sábado, 3 de julio de 2010

Cambio , oportunidad, desarrollo personal.



Hablar de cambio, da la oportunidad de observarla desde diferentes prismas. Podemos tener un cambio “personal”, un cambio de “valores”, un cambio de “oficina”, un cambio de "pareja", un cambio de empresa etc y cada uno de ellos tomará la dimensión que nosotros le aportemos.

Los cambios en un primer lugar, nos desequilibran.

Parece que nos volvemos torpes, nos volvemos en un inicio, un poco incompetentes. Pues las palabras, actos, pensamiento seguido de nuestros sentimientos, no salen con fluidez, y como tenemos el hábito anterior adquirido, es más fácil volver a lo que sabemos hacer, aunque no sea lo recomendable.

Pero piensa en todos los cambios que se han provocado en tu vida , todos esos cambios , han repercutido favorablemente en nuestro desarrollo personal. ¿Somos conscientes de que cambiamos todos los días?

Existen personas que no saben adaptarse a los cambios y acaban recluidas en un entorno personal tan reducido que es imposible adaptarse a la evolución del entorno actual, y existen otras personas que aprovechan esos cambios para generar una ventaja competitiva.

Visualizar nuevos conceptos que ayuden a la mejora de nuestro propio entorno, revisar nuestras propias creencias, valores, misión y visión de lo que queremos, de lo que tenemos y de donde queremos llegar.

El entorno cambia y con ello nuestras circunstancias, aunque si es cierto, que el cambio puede surgir a la inversa, nosotros cambiamos y en consecuencia cambia nuestro entorno.

El cambio en una creencia:

“Todos disponemos de todos los recursos para cambiar” y todos tenemos creencias potenciadoras y creencias que son limitantes.

Las creencias potenciadores tienen que cumplir tres requisitos:

Pensar que las cosas son posibles
Pensar que es posible para mi
Pensar que además me lo merezco

Cuando una creencia no cumple una de estas tres premisas, nuestra creencia pasa a ser limitante; y no olvidemos que las creencias son hábitos de nuestra memoria y a veces lo que aparenta ser muy rígido, en ocasiones es muy frágil.

Cuando tenemos un estimulo nos hacemos preguntas inconscientemente ¿esto es bueno? O ¿esto es malo? Y estas preguntas las solemos responder con una creencia ¿yo puedo? O ¿no puedo?

Y a partir de aquí comienzan mil y una cuestiones como el miedo, la confianza, etc.


Y ya decía Albert Eisten:

"Lo más absurdo del ser humano es querer que una cosa cambie y seguir haciendo lo mismo".

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