Para que los colaboradores aporten valor
en las organizaciones hay que fortalecer tres elementos:
El primero se refiere a las relaciones. Estas
relaciones que usted guarda con sus colaboradores deben poseer dos atributos
fundamentales: deben ser
efectivas para el logro de
los objetivos propuestos en el trabajo; y
sólidas, es decir, que permanezcan en el tiempo y no dependan de un estado
de ánimo volátil.
El
segundo hace hincapié en la disciplina. No significa relajar la disciplina
y permitir que el paternalismo invada a la empresa. En este sentido es preciso
fomentar:
1) el orden, que la
gente pueda trabajar en un sistema estructurado y organizado, el cual le
permita desarrollar sus actividades adecuadamente;
2) la definición de
roles, determinar perfectamente el alcance de las funciones de la gente, sus
responsabilidades, los comportamientos que requerimos.
El tercer punto es el compromiso, el cual debe ser congruente y decidido
en todos los niveles, pero promovido por los líderes y agentes de cambio.
Esto
incluye:
1)
la lealtad, ser leales a nuestra propios colaboradores , para que ellos lo sean
con nosotros.
2) la persistencia,
perseverar en los objetivos, en las relaciones en el trabajo, para que nuestros
colaboradores lo vivan y lo hagan de la manera en que se lo transmitimos.
3)
y por último, la energía de acción, que es la fuerza que estimula y entusiasma
y que convierte a los colaboradores en líderes vitales.
Para implantar este
sistema en una empresa es necesario que haya un cambio en la cultura de
trabajo, y para esto es necesario que se aprenda a trabajar en equipo, se
aprenda a cooperar.
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