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jueves, 30 de septiembre de 2010

Emoción y Motivación



Motivación es todo aquello capaz de empujar la existencia hacia el futuro y la Inteligencia Emocional tiene mucho que “decir” en la motivación, porque para quien ha dirigido grupos de personas está muy claro que las causas de motivación más poderosas no son externas, sino internas.

Motivo” y “emoción” tienen la misma raíz latina: MOTERE, “mover”. Las emociones son, literalmente, lo que nos mueve a ir tras un objetivo; impulsan nuestras motivaciones y esos motivos, a su vez, dirigen nuestras percepciones, dando forma a nuestros actos.

La motivación se define como “un estado interno que excita, dirige y sostiene el comportamiento”. En otras palabras, la motivación es un sentimiento que determina el continuar –o no- una actividad.

Motivación es todo aquello capaz de empujar la existencia hacia el futuro, el mañana, aunque la meta esté lejana y no se vea o se haya perdido la perspectiva y el camino por donde encontrarla.

Toda actividad humana obedece a determinados “motivos”. Los motivos conscientes e inconscientes son los que dirigen la conducta de cada una de las personas.

Existen dos tipos de motivación. El primero es llamado motivación intrínseca. Esta motivación viene de adentro. Las actividades que los individuos hacen son su propia recompensa. La gente se siente motivada porque ama sinceramente la actividad que está desempeñando.

El segundo tipo de motivación es llamada extrínseca. Para quienes están motivados extrínsecamente, sus recompensas son factores externos. Estas personas hacen su trabajo para ganar una recompensa o evitar un castigo. La mayoría de la gente está extrínsecamente motivada. Nuestra sociedad (en distintas esferas de actividad) pone mucho énfasis y presión en obtener recompensas y un desempeño eficiente. Eso hace que sea muy difícil estar intrínsecamente motivado.

Por supuesto, la habilidad de motivarnos (junto con el optimismo o actitud positiva) es uno de los requisitos imprescindibles cara a la consecución de metas relevantes y tareas complejas, y se relaciona con un amplio elenco de conceptos psicológicos que usamos habitualmente: control de impulsos, inhibición de pensamientos negativos, estilo atributivo, nivel de expectativas y autoestima.

Los ejecutivos y los líderes saben que la motivación es más vital que las destrezas intelectuales o técnicas.

Al fin y al cabo, lo que nos mueve es el corazón, no la cabeza.

La motivación tiene componentes básicos que conviene conocer:

La finalidad específica para la que se “moviliza” la motivación.
• Las relaciones humanas que implica una tarea o proyecto determinados.
• El control de los impulsos, capacidad de resistencia a la frustración y aplazamiento de la gratificación, parece ser una de las habilidades psicológicas más importantes y relevantes en el devenir académico y laboral.
El control de los pensamientos negativos, veneno del optimismo, se relaciona con el rendimiento a través de la economía de los recursos atencionales; preocuparse consume los recursos que necesitamos para afrontar con éxito los retos vitales y académicos.
El estilo atributivo de los éxitos y fracasos, sus implicaciones emocionales y su relación con las expectativas de éxito es una teoría psicológica que contribuye enormemente a nuestra comprensión de los problemas de aprendizaje y a su solución.
La autoestima y las expectativas de autoeficacia, son conceptos que podemos relacionar con el anterior principio de la atribución; además, se trata de elementos esenciales no sólo del proceso de aprendizaje y desempeño laboral, sino también de salud mental y desarrollo sano y global de la personalidad.

La capacidad de motivarse a uno mismo se pone especialmente a prueba cuando surgen las dificultades, el cansancio, el fracaso, es el momento en que mantener el pensamiento de que las cosas irán bien, puede significar el éxito o el abandono y el fracaso (aparte de otros factores más cognitivos, como descomponer los problemas y ser flexibles para cambiar de métodos y objetivos).

El desarrollo del optimismo, la autoestima, la expectativa de éxito... están relacionados con las pautas de crianza y educación, evitando el proteccionismo y la crítica destructiva, favoreciendo la autonomía y los logros personales, utilizando el elogio y la pedagogía del éxito.

Vamos a hacer un pequeño ejercicio , si puedes contestar afirmativamente a cada una de estas preguntas, tus colaboradores reciben casi todo lo necesario para estar motivados. Si no es así, sería conveniente una revisión sobre lo acontecido, y el desarrollo de un plan de acción para poner ya mismo en marcha, orientado a elevar la motivación de tu grupo.

1. ¿Están mis colaboradores bien informados de cuanto sucede en la empresa, y acostumbro a reunirme con ellos periódicamente? (COMUNICACIÓN)


2. ¿Tienen la posibilidad de tomar decisiones? (DELEGACIÓN)


3. ¿Son escuchadas sus opiniones referentes al trabajo en sí o sobre otro temas? (PERTENENCIA)


4. ¿Los he llamado para comentarles en qué tareas destacan? (RECONOCIMIENTO)


5. ¿Tengo la capacidad suficiente para reconocer que he cometido un error? (AUTOCRITICA)


Si en alguna de las respuestas has contestado “no”, elabora un plan de acción orientado a solucionar ese aspecto seguro te ayudara.

Ah... y si tienes hijos hazte las mismas preguntas sobre ellos.

2 comentarios:

  1. Me parece muy interesante sobre lo que escribes, tanto en este post como en los anteriores. ¿llegaremos a aprender a gestionar la emoción y la motivación?... esí lo espero.
    Muchas gracias es un placer leerte.

    BegoManah

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  2. Gracias por tus comentarios!!!!.

    Yo espero seguir avanzando en gestionar mis emociones y seguir ayudando a hacerlo.

    Tus comentarios motivan a seguir escribiendo.

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